
Sonaron las campanas.
El sonido fue yugo desde aquel día
que en la tarde rompe el silencio
de la soledad.
Las notas son eternas
en su melodía.
Cómo eterno es el yugo
de tu alma en la mía.
El silencio del ocaso
lo rompes con el sonido de los latidos.
Campanas que repiquetean en solitario.
Yugo que impone la hora del silencio.
Silencio eterno del encuentro
Entre la soledad y el alma.
Eterno silencio.
Eterno yugo.
En solitario
el sonido es eterno.
Solo somos él y yo.
Acorralándome la desesperación
con su presencia aberrante.
Campanas repiqueteantes en silencio.
Silencio que impone el yugo
de tu alma y la mía.