Deja entrar la noche,
ella robara la quietud de la tarde .
Deja llegar la madrugada
juguemos al amor entre almohadas.
Nuestras manos son las piezas
de este ajedrez de caricias.
Tus ojos los faroles de la eternidad.
Alumbran nuestras vidas.
Embriagando la existencia
De los mortales.
Tú y yo.