Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Conversación a las seis de la mañana
En las dos caras de mi luna
cabalgan dos lágrimas en mis mejillas,
amazonas solitarias de las desventuras.
Ellas en su trayectoria
marcan el surco del dolor
con su trote raudo,
veloz
una tras otra.
Corceles indomables de la incomprensión
surcan la redondez de mi luna,
mojando mis pupilas negras,
cómo mi noche negra,
cómo suerte negra,
cómo mi amor negro.
Sí,
solas,
ellas cabalgan en mis mejillas,
marcan el adiós de mis deseos
de las palabras
y de las agonías del alma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SI DEJARAS
No te pido que hagamos el amor en la primera copa de vino. Ni en la segunda. Quizás en la tercera dejemos que las manos jueguen a l...
-
Ayer y hoy El pasado escapa sin sombras. Se desvanecen los colores Pero el amor perdura en el tiempo. Vagando por tu cuerpo, dond...
-
Mírame, mírame dentro del alma. Cómo el cristal en el espejo. Bajo la sombra de la arboleda de tus ojos. Cobijados por esos labios herm...
-
Tú y yo danzamos al ritmo del tic tac de los corazones. Con la piel pegada a la vida. Con las ganas estrujadas una a la otra. Las miradas ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario