lunes, 18 de noviembre de 2019

¡ÁMAME!

Si me vas a amar.
¡Ámame!
Si me vas a dar caricias.
¡Dámelas!
Si me entregas el corazón.
¡Hazlo!
Porque te doy la vida en
cada segundo.
Porque soy tuyo.
cómo un esclavo.
Porque me arrancas
lo que soy.
Soy tuyo.
Tú ya llevas mi sello.
Esa marca de amor
clavada en el alma.

COLGADO DE TU AMOR

Colgué mis ideas a tu cuello.
Dejando que se movieran con tus latidos.
Sin importar los anatemas.
Fundí las palabras en tu piel morena.
No deje espacio para las dudas.
Cada palmo de tus poros los llené.
Ya sé a qué saben las ganas.
Unas tuyas y otra mía.
Colgué los quejidos junto a los tuyos.
Supe lo que era amarte en cualquier
instante.
Para eso no hay hora y segundos,
solo las ganas de amarnos en silencio.
Donde los murmullos rían y las querencias
duerman.
Colgué mis ideas en tu cuello.

QUERENCIAS

Del viento y las arenas sale la voz del alma
La misma que suena en las montañas.
De ella tomo el sonido y los algoritmos de la vida.
Esa que se pega en mis sentidos
y toma para si mis pensamientos.
He cabalgado hasta hoy al infinito
cual guerrero solitario en medio de la nada.
Al llegar al fuerte de las ideas,
combato en sus murallas la nostalgia.
¡Es el deseo de lo inmortal! Diría la carne.
La batalla ni es corta ni es larga.
Su tiempo es eterno.
Como lo son tu silencio y el tiempo
en la mirada en tus ojos color nácar.
Ando y desando en lo inmoral.
La desnudes de las ideas.
El destemple de mis pasiones.
La agonía de mi espíritu,
y esta angustia tan mía y solo mía.
Para decir…te quiero.

UN BESO

Y si me das un beso
Uno debajo de la luna
Uno entre las mariposas
Uno entre tus labios y los míos
Que me haga soñar
No me des uno
Dame dos, no tres
Tres docenas de querencias
Dame lo infinito
De un alma donde los
Suspiros sean los dueños
De los segundos

RECUERDOS



Eramos como niños, cuando en hojas verdes escribíamos palabras de amor. No mirábamos que con el tiempo se secarían.
Si eramos como niños, cuando en la mañana, mojábamos nuestros pies con las olas del mar. Solamente para ver la perpetuidad de la salida del sol.
¡Qué niños eramos! Sentados en el parque, trazábamos las estrategias de la vida. Esa misma que discurre a nuestro lado, a la que no sabemos hacerle señales para que nos mire.
Niños, niños, niños, sí eso eramos. Cuando cerrábamos los ojos y dibujábamos las palabras de la vida y las querencias. Ya ves, como pasa el tiempo y eso parece que fue ayer.
Pero sin saberlo y pensarlo, tu y yo hoy caminando uno al lado del otro, somos dos extraños, que la casualidad hizo que se miraran, quizás alguna vez.

EN LA TARDE

A la caída del sol
y cuando pensamos en el crepúsculo
de la noche.
Se deja sentir la nostalgia
de una vida.
Tan solo para decirte,
hola.
Después de esta hora,
espero la visita del aroma
hecho mujer.
Luego la llamada de las luciérnagas
al llegar la noche de estrellas.
Todo tan solo para decirte,
hola.

SI DEJARAS

 No te pido que hagamos el amor en la primera copa de vino. Ni en la segunda. Quizás en la tercera dejemos que las manos jueguen a l...