Eramos como niños, cuando en hojas verdes escribíamos palabras de amor. No mirábamos que con el tiempo se secarían.
Si eramos como niños, cuando en la mañana, mojábamos nuestros pies con las olas del mar. Solamente para ver la perpetuidad de la salida del sol.
¡Qué niños eramos! Sentados en el parque, trazábamos las estrategias de la vida. Esa misma que discurre a nuestro lado, a la que no sabemos hacerle señales para que nos mire.
Niños, niños, niños, sí eso eramos. Cuando cerrábamos los ojos y dibujábamos las palabras de la vida y las querencias. Ya ves, como pasa el tiempo y eso parece que fue ayer.
Pero sin saberlo y pensarlo, tu y yo hoy caminando uno al lado del otro, somos dos extraños, que la casualidad hizo que se miraran, quizás alguna vez.
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