domingo, 31 de agosto de 2008

NOCHE

Esta es nuestra ultima noche de amor,

mañana me voy,

cuando se vaya la madrugada.

Es nuestra despedida,

hoy te veo por ultima vez.

Mis más hermosos recuerdos se van contigo.

Esta es nuestra última noche......

Y nuestro amor se separa.

Todavía queda la esperanza de un adiós;

para que vuelva a renacer de las cenizas

la idea de la despedida.

CUERPOS


Cruzaste las líneas de la vida:

te vi mujer,

en una esquina de las mías.

Te llame sin saberlo

y te hice tan mía.

Como tu me hiciste tan tuyo.

Si nos quisimos;

no lo se.

Tampoco lo quiero saber.

Si fui tuyo…

ya tus recuerdos los dirán.

Si fuiste mía,

los míos los sabrán.

No te he pedido,

ni gloria ni cielo,

tampoco estrellas.

Para que baratijas de amores,

te tengo a ti; en las líneas de mi vida.

Te paraste un día,

y quisiste comprar desventuras,

de un amor dormido.

Te dije con dulzura,

y para que mujer tratas de tocar esta locura.

Pero......

sigo por mis calles de desamores,

sin encontrar la tuya.

Sigo en una esquina cualquiera,

de tu vida y la mía,

buscando la desventura,

de una vida cualquiera.

sábado, 30 de agosto de 2008

BREVEDAD DEL ALMA

Para sentirte tan mía y tan cerca

tengo que caminar entre flamas.

Quemar estas ganas,

y dejar en libertad mis ideas.

He saltado de la cama

como Adán impertérrito

tan solo para preguntarte

si puedo dejar mis puntos

en tus líneas negras del alma.

ADAGIO DE LA NOCHE


Una copa de buen vino
es como este amor.
Sabia de ternura mañanera,
aroma fresca perfumada de caricias nobles
en tiempos infinitos.
Placeres de querencias incontrolables.

Esta copa en mi boca,
aplaca la sed de tu ausencia;
en mis sábanas blancas.
Dejando el dulce aroma
de los recuerdos recientes,
perpetuados en rictus sagrados de dos.

Parece estrofa de ángeles
al saborear su aroma.
Mujer de tarde en tarde
y señora de una noche.
Perpetua de incógnitas galácticas,
de mujer bohemia.

De mujer de entrega total;
en una copa de vino.

SI DEJARAS

 No te pido que hagamos el amor en la primera copa de vino. Ni en la segunda. Quizás en la tercera dejemos que las manos jueguen a l...