Para sentirte tan mía y tan cerca
tengo que caminar entre flamas.
Quemar estas ganas,
y dejar en libertad mis ideas.
He saltado de la cama
como Adán impertérrito
tan solo para preguntarte
si puedo dejar mis puntos
en tus líneas negras del alma.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
No te pido que hagamos el amor en la primera copa de vino. Ni en la segunda. Quizás en la tercera dejemos que las manos jueguen a l...
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