
En la túrbidez de las ideas,
donde la conciencia desparrama
sus dudas y la noche la negrura.
Cómo águila en el firmamento,
espero tú regreso a mis predios.
Se puede romper el cristal
que aprisiona esta idea loca.
Idea persistente en mi mente
igual que la vida misma.
Idéntica a mi sangre roja.
Eres mi esencia y soy tu necesidad.
Única forma de sentir lo que somos.
Determinada por los albores de las palabras,
en las conversaciones de las miradas.
Somos tú y yo, una esencia inexistente.
Cuando se aclara la amalgama,
la que contiene el mensaje del alma.
Se deja ver la intención de mis palabras.
La misma que dije al estrujar en tu cara
estas ganas locas que tú presencia arranca.
Depender de ti me hace esclavo.
Esclavo de tus ideas y tus palabras.
Sumiso a tus caprichos y desvaríos.
Débil ante las ideas y la orden,
esa que dilata las pupilas ante tu figura.
Sí, tú presencia lo nubla todo.
Pero, ¡Qué más da!
Si soy el perro fiel de la necesidad.
Esa que depende de las migajas.
Entonces ¡que vivan las cadenas que me atan!