Entre tus pezones y mi intensión,
Hay una legua de distancia.
La misma que recorrimos,
Para pesarnos las ganas.
Entre tu cerebro y la idea,
Hay un segundo de tiempo.
El mismo que duro,
En perder la inocencia la mujer.
Entre tú y yo,
solo nos separan las comas.
Esa infame agonía,
de no poder ser mía.
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