Si
vieras las notas que escribieron mis manos.
Cuando
se posaron en tu piel.
Era
un juego de neritas y corcheas
Entre
las teclas de tu espalda y mis dedos.
Escribí
algunos versos.
De
esos que son difíciles de olvidar.
Aquellos
que interrumpieron las luciérnagas.
Cuando
cantábamos a la mar.
Eran
notas sueltas.
Volaban
al viento entre suspiros
Y
jadeos de esperanzas.
Las
que dejábamos escapar.
Las
escribí lentamente.
No
teníamos prisas al hablar.
Los
labios se abrieron
Cantó
la mar.
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