Afuera hay un concierto, de esos que llegan al alma
De los que escriben rimas celestiales y aquí estoy solo
Con tu imagen de mujer, que ya no niña, que ya no es
inocente
Me puse a jugar con tus ideas de amar y ser amada
Escribir en las arenas de tus bellos erizados
De hacerte tatuajes con mis labios y verte gritar en
silencio
De ese placer que solo los mortales sabemos tener.
Las notas me llevan a tu vientre, el que como ola mueves
A tus piernas que se entrecruzan, deteniendo las
corrientes de la vida
Para luego darme el placer de tus tormentos y desvelos
Dándome el elixir de las ganas, el que bebo con tus manos
exigiendo más
Pero de una forma u otra la lluvia se detienes cuando en
un grito y estertor
me pides que deje a las ninfas descansar de la plenitud
de los mortales.
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