Estrujamos la cama una y mil veces.
Entre movimientos de quejidos, tú y yo en guerra infinita de pasión y ternura.
Líneas curvas de tu cuerpo… entre la almohada y los pensamientos dejo mi furia de hombre en ti.
Eran solamente piernas y roces, latidos y miradas,
toques y susurro, ganas de almas
cabellos y enredaderas en manos entrelazadas.
Perfumes y esperanzas, deseos y esperas tiempo y añoranzas,
dos cuerpos jadeantes sueños y suspiros.
Sudor y quejidos, dolor y éxtasis,
la gloria y el cielo,
sueño y despertar.
Entonces tú y yo, concupiscencia de un deseo.
Centauros de una tarde. Somos brisa y huracán,
luego ya somos calma y tempestad.
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