Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
viernes, 28 de noviembre de 2008
El comienzo de los adiós
Me refugie en tus brazos por amor.
Por amor me alejo de ellos.
Al cobijarme en tus ojos.
Tu figura,
fue la sombra de la calma en mi alma.
Al recoger mis querencias matutinas
Tu espíritu fue la fuerza de mis inquietudes.
Me refugie en tus brazos por amor,
tengo el derecho a partir.
Cuando cesen las fuerzas de los sentimientos.
¡Me voy!
Como amor de luciérnagas nocturnas.
Las que dejan sus alas,
esas que jamás volaran a otra luz.
Ya no hay refugio,
donde caen las gotas de este adiós eterno.
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