Todo viajero tiene un final en su
camino.
Toda canción tiene una estrofa final.
toda conversación no es eterna.
Ni mi corazón por ti.
Ni mi amor por ti.
Toda lluvia empieza y termina.
Como el aroma que se esparce
también termina su esencia con el
tiempo.
Por eso lo nuestro también termina.
Como la mañana y la tarde.
Los silencios se rompen
con la monotonía de los latidos.
Tememos al adiós.
Tememos a quedar solos
Somos hipócritas de la soledad.
Pero alucinando en mi silencio.
Tú, abres la ventana de los recuerdos.
Sacas a relucir un momento de
ternura.
Y haces que escriba en la nada
mis pensamientos dormidos.
Garabatos de mi alma.
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