Caminaba en solitario por las avenida de la vida.
Te vi y me detuve en la esquina de tu mirada.
Te hice una señal, para que te detuvieras
frente a mi corazón.
Abrí lentamente la puerta de mi alma.
Te dejé entrar.
Si te quedas eres dueñas de mis sentimientos,
mis deseos, ganas y locuras de vivir.
Si decides seguir tu ruta, no rompas nada.
Mi amor es muy frágil.
Pero puedes regresar cuando quieras.
Ya sabes como puedo amar.
Una cosa más, me gusta como tu piel habla de amor.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
domingo, 14 de junio de 2020
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