Sin importar las nebulosas del tiempo.
Tú, llegas silenciosa a mi vida.
Te cuelas como gotas de agua
entre las venas del alma.
Moja la experiencia de lo que soy.
Franqueas las querencias y hace de mí
mortal pecador, heredero de los
quejidos al alba.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
No te pido que hagamos el amor en la primera copa de vino. Ni en la segunda. Quizás en la tercera dejemos que las manos jueguen a l...
No hay comentarios:
Publicar un comentario