Escribo desde un rinconcito de mi alma. Ahí se asientan los motivos de mi vida. Dónde escribo en las hojas de mis sentimientos. Los que sólo a ti, abrí sin temor ni mucho menos resentimientos. Sólo a ti, dejé penetrar hasta las últimas comas de mi vida. Nadie más ha podido hacerme sentir luz en las tinieblas, cómo tú lo has hecho. No en vano conversamos de los sentimientos y de los deseos. Eres la única que me hizo beber el agua de la vida. Elixir único de querencias, porque los caminos y los deseos eran los mismos. Mi amor no tiene ni tuvo manchas, tampoco dudas. Lo demostré al sentir tu aliento, enjuagar los deseos, poner mi pecho para que durmieran tus ideas junto al palpitar de mi corazón. Puedo ser lo último y quizás lo menos. En todos los sentidos, pero seré siempre quien espera junto al recodo del camino, ese viajero de encantos y sueños... Tú, amor eterno que abrigo en el corazón.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
miércoles, 4 de enero de 2023
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