lunes, 13 de abril de 2009

PECADO



Eres carne de mi carne.
Dolor de mi dolor.
Concupiscencia de mis concupiscencias.
Pecado de mis pecados.

Muerte de mi muerte.
Angustia de mis angustias.
Anatema en las ideas,
a la hora de mis desvaríos.

Dolor en mis confesiones.
Sombra de los pasos en la calzada
de la vida como enredadera.
Así te siento dentro de mí.

Pero…
Sin importar el dolor de tus palabras,
ni las angustias que provocan tu presencia
cuando pasas junto a mí.
Deseo tus cadenas atadas a mi cuerpo
fundidas en mi alma como mi propia carne.

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