Cuando nada es posible,
en la vida de las luciérnagas.
Tampoco lo es para nosotros,
en la vida de las mariposas.
Moja la existencia tu presencia,
del alba al ocaso.
Cuando las nubes marcan
el sendero de la inocencia.
Solo los dos sabemos
el sentir del amor.
En querencias taciturnas
de mañanas tempraneras.
Si me amas no lo sé.
Si me olvida tampoco lo sobré.
Pero me extraña como el rocío
a la mañana.
Hoy no he tocado tu voz.
La que en letras acaricia
mi alma.
Bañando mi existencia de ti.
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