miércoles, 21 de enero de 2015

ENOJO

Cuando la luna llenaba tu piel.
Su reflejo era poesía.
Cuando la luna llenaba tu piel.
Las montañas se achicaban con las caricias.

Lo ves.
Cuando la luna llenaba tu piel.
Andábamos en aventuras galácticas.
Nuestros corceles eran caballos de corazones.

Cuando la luna llenaba tu piel.
Dejábamos de ser lo que somos,
y éramos viajeros en el tiempo
en caballos de luceros.

Cuando la luna llenaba tu piel.
Sobraban las frases.
Éramos mudos de gestos.
Solo cisnes entre sábanas.

Cuando la luna llenaba tu piel,
No había soledad.
Todo lo llenaba tú, dentro de mí.

Sí, cuando la luna llenaba tu piel.


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