Cuando la luna llenaba tu
piel.
Su reflejo era poesía.
Cuando la luna llenaba tu
piel.
Las montañas se achicaban
con las caricias.
Lo ves.
Cuando la luna llenaba tu
piel.
Andábamos en aventuras galácticas.
Nuestros corceles eran
caballos de corazones.
Cuando la luna llenaba tu
piel.
Dejábamos de ser lo que
somos,
y éramos viajeros en el
tiempo
en caballos de luceros.
Cuando la luna llenaba tu
piel.
Sobraban las frases.
Éramos mudos de gestos.
Solo cisnes entre sábanas.
Cuando la luna llenaba tu
piel,
No había soledad.
Todo lo llenaba tú, dentro
de mí.
Sí, cuando la luna llenaba
tu piel.
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