Y parió la tarde un
lucero.
De hojas verdes y
luciérnagas.
Y parió la tarde una idea.
De mentes desnudas y
apasionadas.
Y parió la noche un
lucero.
Donde el vino emborracha
el alma.
Y parió la noche una
lluvia.
Donde lave tus besos de
mujer.
Y parió la madrugada las
caricias.
Estrujamos las ideas en la
piel
Y parió el alba otro día.
Empezamos otra vez la
locura de amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario