Sentado en el borde de la
nada,
miro el camino de piedras,
infinito.
Siento la nostalgia de la
tristeza
y la alegría del temor de
quererte.
Pero donde estás tú mujer.
A quien llamo en las
noches.
A quien espero en las
madrugadas.
Pero no sé dónde te
esconde de mí.
Aunque soy prisionero de
los recuerdos.
Sigo sentado en el borde
de la nada.
Mirando el camino de
piedras, infinito.
Pero con la eternidad de
la espera.
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