Quizás decirte que te quiero no tiene valor.
Decirte amor tampoco tiene sentido.
Sólo esos momentos vividos,
los segundos eternos juntos.
Conjunción galácticas de murmullos al oído.
Son los que tienen valor.
Ya que entregamos la vida.
Liberamos las pasiones y reflejamos la felicidad
en segundos de dioses.
Pero dime, solo dime...
¿Quieres ser mi amante?
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