CONVERSANDO

Si entiendes mi canto escucha lo que habla el alma desnuda, dentro de la pasión del amor sin límites ni engaños. Ya que mi amor no traiciona al alma que le brinda sus querencias. Hoy me di cuenta al notar la ausencia de tu regazo, lo mucho que necesitaba de ti. Eres la lámpara de mi vida y escudo de mi alma. La copa que recoge mis desvaríos. Cuando sin pensarlo toco alguna nota discordante en la vida de las almas. Tú y nadie más que tú, sabes cómo transita la ternura en mis venas. Esa misma que dejo al tocar tu piel en la tarde para depositar la ternura en tus mejillas. Si viajo a las galaxias de los cuentos, viajo a tu lado con las ideas y pensamientos de los labios entreabiertos que brindas sin contemplación. A ti y solo a ti. Le ha robado la noche la gracia de la belleza. El resplandor de la luna en la charca y el canto de la cigarra en la noche. Sin pensarlo y a firme voz. Dejo plasmado en el eco de mi vida, un te quiero, un amor y una eternidad para amarte, luciérnaga escondida a mi voz. Pero sabes: Cuando la luna llenaba tu piel. Sus reflejos eran poesía. Cuando la luna llenaba tu piel. Las montañas se achicaban con las caricias del alma. Lo ves. Cuando la luna llenaba tu piel. Andábamos en aventuras galácticas. Nuestros corceles eran caballos de corazones. En los momentos de ganas buenas. Cuando la luna llenaba tu piel. Dejábamos de ser lo que somos y éramos viajeros en el tiempo en caballos de luceros en la luna de luna llena. Cuando la luna llenaba tu piel. Sobraban las frases sobre las almohadas.