La tarde,
se tornó con un suave gris tornasolado.
Dejando su mirada fija en la distancia crepuscular,
la brisa mece suavemente sus cabellos celestiales.
Cabellos de tonos carmesí como mi mirada infantil.
De gris esta la hermosura cuando nace la ilusión,
invitando a ser violada con un pensamiento de ternura.
Con una migaja de caricia en la penumbra de mi vida,
dejando en mi boca su perfume de mujer infinita,
plasmada en la sonrisa de las estrellas.
Corría la noche vertiginosa tras de ella,
en sus andanzas tempraneras de magia y de locura.
Deprisa daba sus pasos de mujer enamorada y taciturna,
me miró desolado y tendió sus manos con ternura.
Llamándome a inventar el amor en una tarde de tono gris.
1 comentario:
Hola nos conocemos de Tierra de Poetas, suelo visitar los blog de los compañeros, me parecen espacios intimos preciosos.
Te veo muy solito y aqui te dejo mi huella en tus bellas letras.
cordialmente.
Rocío
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