Lo nuestro es una guerra
yo te conquisto,
tú me vences,
no entiendo la partida;
de este juego de ajedrez.
Las vidas no se dan,
tampoco se regalan,
se forman en querencias,
de locas carreras,
besos lascivos.
Y yo en mi melancolía,
pensé en mi locura taciturna,
proteger tu figura lozaneja,
de caprichos de mujer bohemia,
figuras irrelevantes de mi vida.
¡Para qué tres versos dedicados a ti!
¿Dime?
Cuando no sabes apreciar
el calor que te entregaron.
Poniendo tus lágrimas a rodar.
¡Ah vida!
Ingrata mujerzuela,
de esta sociedad,
quizás eres como mi perro,
a otro le ladra como luna.
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