Me llevare el
tiempo conmigo.
Donde quiera que
yo vaya
cargaré con los
instantes de mi vida.
Ellos marcan la
diferencia de la existencia.
No importa quién
los cuentes,
si es en el día
o en la noche.
Son los
instantes de mi vida,
con todos ellos
cargaré.
Los minutos y
los segundos
pareja de
asaltantes consuetudinarios.
De toda una vida
cargada de horas
mustias.
En fin, sin
importar como dije
y quien los
cuente, sea un Times,
Rolex, Bulova o
Cartier.
El segundo de la
muerte será infinito.
Entonces ella
cargara con la paciencia
del tiempo.
Tus segundos,
minutos y horas.
En la muerte ya
no habrá pasión.
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