Me dices que entre por la ventana de tus pupilas,
y me dejaras abierta la puerta de la vida,
Me dices que entre ya que el bar de tu vida estará
abierto.
Que me tome a sorbos el néctar de las cosas
de tu alma.
Que me emborrache al saborear el aroma
de tus besos.
¡Hay corazón, que macabra es la vida!.
Por ti me hice astémico.
Ya no tomo corazones rotos.
Solo sorbitos de suspiros, de esos que
bebemos gota a gota.
Sí, de esos, que matan lentamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario