Cómo roca solitaria en medio de la nada.
Viajan las ideas desnudas.
Dejaron su ropa de sencillez quijotesca
colgadas en la ventana de la vida.
A la llamada del amor,
raudo corrió el corazón alegre.
Ignominia de la dicha y la suerte.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
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