Cae lentamente la lluvia.
No deseo que cuelgues de mi cuello.
Tampoco que seas una Magdalena.
Solo deseo que seas mujer.
Que me recoja en tus brazos.
Suspire con las ganas de ser y no ser.
Solo que seas mi mujer.
No deseo velas de cumpleaños.
Con tu cuerpo basta y sobra.
Para que ser lo que no somos.
Si en la cama somos dos en uno.
Podemos ser ángeles cuando aleteamos debajo de las sábanas.
Pero somos solo dos que lentamente se aman.
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