Soy el perro callejero de tu vida.
El que no tiene horario.
El que vie en la puerta de tu corazón.
Soy el perro de las caricias y del aullido
silente.
Como paradoja de nuestras vidas.
Nos hacemos falta como complemento
de las locuras.
Soy el perro.
Que llena la soledad y el mimado
de su dueña.
Con amor de perro.
Con amor de ganas.
Soy ese perro que se acaricia
Y el que se le jala la oreja.
El que se le tira el hueso del amor
Para llenar estas líneas y estos versos.
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