Tomaste como la gaviota
el viento de los amores.
Tomaste como la madrugada
las gotas del rocío.
Me hiciste poeta a la fuerza
Escribiendo garabatos en el alma.
Tomaste como ladrón
Los deseos de un corazón.
Y en medio de la tormenta
dejaste escapar la ráfaga
que mató esta pasión.
Dejando caer al vacío
la vida de un tejedor
de alma.
Todavía te sigo amando.
Y hay cristales rotos
Y hay amor.
Todavía te sigo amando
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