Empecé Amando tu alma.
Luego ame tu cuerpo.
Me emborrache de tus sentimientos.
Bebí con pasión tus dolores.
Y quise borrar tus heridas.
Esas que otros te dejaron.
Ahora estoy en el desierto.
Sin caminos ni huellas.
Solitario como la luna.
Sin lágrimas como la roca.
Dejaste volar tus caprichos.
No importó si muero o vivo
Sólo dijiste adiós.
Trato de buscar explicaciones.
Garabateo líneas y machaco ideas.
Los cristales ya se rompieron.
No hay manera de encajarlos.
Pero tú sigues ahí frente a mí.
Con tu cara de luna llena.
Y sigo amando tu alma de mujer
grana.
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