jueves, 8 de octubre de 2020

SIMPLEZAS DEL ALMA

 Con las ganas acuestas y sin pensarlo

Tomé tus ansias y las hice mías.

No por la redondez de tus nalgas,

ni por tus pezones erguidos.

Creo que era la lujuria de tu mirada,

cuando me pedía que te tomara

como yegua en celo.

Con tus cabellos por cuerdas

enredados en mis manos.

Ya solo teníamos el jadeo y los estertores

de la agonía del éxtasis.

Gritos silentes salían de tu boca,

de ganas y encantos salvajes.

Una humedad de cuerpos nos envolvió.

Eran gotas de sudor,

de este trabajo eterno del placer.

Pero como en cada cuento hay un final.

El nuestro también llego.

Rodamos juntos,

el uno al lado del otro.

Ya no sonaba más la historia eterna.

Solo Morfeo reinaba.

Cuando tus manos posaron junto a las mías.



 

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