Cuando brinco las ideas
del banco de las querencias
encuentro con llave echada
la puerta de tus labios.
Sigo intentando saltar en tu corazón
cuando de repente resbalo en tus brazos
y caigo junto a tu figura.
Dejando ese sabor amargo
de un buen desaire.
No descanso en mis ideas
de conquistarte de algún modo.
Ayer te pregunte si haríamos el amor
respondiste escuetamente,
jamás entraras en mi corazón.
Cuando brinco las ideas,
salto las mismas de dos en dos.
Dando la sensación de un equilibrio audaz,
sin meditar el portazo que recibo
cuando desde dentro me dices no.
En fin y al fin,
pienso que soy pésimo equilibrista
de frases yuxtapuestas,
como galácticas de estrellas.
Tan solo quería saber
si me dejas brincar en tus brazos,
estrellando mis ideas
en tu cara de luna llena.
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