Sabes, tome el cuchillo
y abrí mi pecho en dos.
Te introduje entera en él y lo cerré sólo para ti.
Metí también las ganas y las esperanzas de los dos.
Introduje las ilusiones de un hombre y una mujer.
Esperando que nunca salgan de ahí.
dentro de él, escucho latir de los dos corazones
en cada mañana de nuestras vidas.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
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