miércoles, 19 de septiembre de 2018

CONVERSANDO CON UNA MARIPOSA

Hola mi vida.
Quizás te extrañe que te escriba desde esta celda tan fría y solitaria. Pero así es la vida de extraña.
Con el tiempo uno aprende a valorar a las personas y más cuando estás habitan en el corazón de uno.
Estas paredes invisibles me han hecho comprender a fuerza de golpes de palabras y ausencias prolongadas, que la sentencia a mi soledad ya fue dictada.
Déjame que en estas líneas te llame amor. Déjame cerrar mis ojos y vagar por tu ser, déjame escuchar tus sonrisas, déjame tocarte suavemente como lo hacía en el pasado.
Todo eso con cerrar mis ojos y viajar en el tiempo lentamente junto a ti.
Mirando las circunstancias nuestras y las cosas que nos han pasado, sólo puedo decirte que eres lo mejor de mi vida. Pero como renovar las ilusiones entre los dos, si estoy preso en esta celda fría y solitaria.
En las noches junto a mi soledad al cerrar mis ojos beso tu boca y te recuesto en mi pecho. Pero tengo que abrirlos ya que es sólo el sueño de los deseos de un presidiario.
No se si tu lo entiendes tu como mujer es la que estas en mis pensamientos. Sólo para que el tiempo no me mate de desesperación y mi alma no muera de dolor.
Déjame decirte algo que quizás no te diste cuenta amor mio. Supiste escribir debajo de mi piel como es el amor. Como se debe amar y como se debe querer a un ser especial en la vida de uno. Eso hiciste.
Pero sin ti esto que vivo en estas cuatro paredes ya no es vida.
Ya que mi libertad de amor eres tú y mi paz es ese amor que me das .
Sólo eso deseaba decirte mariposa mía.




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