Cuando sale el amor como agua de manantial.
En el momento de las ideas.Se abren las flores de las palabras.
Tomé el timón de las caricias y te hice mía.
Como marinero y velero en puerto,
nos hicimos a la mar.Pero solo pudimos echar las amarras
donde no existe nada.
Vivimos esta ilusión de nardos y azucenas.
Donde sabíamos que mis rosas tenían espinas.Desde el primer segundo ya tú no eras mía.
Y tus sueños no duermen junto a los míos.
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