
Al compás de tus pasos en la lluvia
detuve mi mirada junto a la puerta.
Bañaba tu figura el lugar,
se mojaba la gota de agua con tu cuerpo.
Fije mi mirada de ojos negros en la danza eterna.
En la danza eterna de la idea de mujer.
Que con su cuerpo bañaba la estancia de mis
ganas.
Lentamente y sin pensarlo
puse mis manos en la tosca madera,
y tu piel como fina seda estremeció mis sentidos.
Al compás de tus pasos en la lluvia,
Deje la inocencia clavada en ti.
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