Cuando estaba junto a mi
nuestra luz era felicidad.
Cuando pensábamos en
la más mínima tontería.
Nuestras risas llenaban
el espacio de la vida.
Cuando estabas junto a mi
nada era irreal ni extraño.
No nos escondíamos al
amor de dos.
Cuando estaba junto a mi
tus ojos eran mi faro y guía.
Tu boca mi camino y sendero
tu cuerpo el lugar donde dejaba
mis ganas de vivir.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
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