Mientras me limpiaba el alma, de los desagravio y dolores.
Empecé a preguntarme gritandole al corazón.
¡He grandote! ¿Dónde guardo el sentimiento que me devora el alma?
De momento no dijo nada, se quedó pensativo y luego me dijo.
Sabes amigo, que si lo supiera, no estaría esta súplica de amor escribiendo.
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