EN EL CELO DE LA TARDE

Nos estrujamos las ganas,
con labios y boca entrecruzadas,
tu aliento y el mío mezclado;
con sabor a ganas de macho y hembra
en el celo de la tarde.

Nos agarramos las ideas eróticas,
desnudé tu conciencia de mujer,
segundos como relámpagos,
estremecedores estertores de dos desnudos,
impíos pecados de ganas estrujadas.

Estrelle las ganas del momento,
en tus curvas pecadoras a mi tentación.
Deje los quejidos del placer,
junto a tu almohada y tus suspiros,
bebiendo tus suplicas placenteras en el clímax del final.

Al final de la cosas,
como cuerpos embrujados derrotados por el placer,
yo con mis ganas consumidas por la flama,
y tú con las ideas de mujer complacida,
buscando ambos donde saciar la sed
de este celo de noche de luna llena.