Cómo mujer amor, tu nunca serás perfecta. Pero antes mis pupilas siempre valdrás la pena vivir contigo. Debo de decirte que cuando te recuerdo este esclavo de tu amor y tonto corazón, llena de recuerdos tan tuyos y míos, me erizan la piel por la ternura y la pasión de los mismos. Aunque no intento pronunciar tu nombre y hago por no recordarte. Él amor que el guarda lo traiciona constantemente y en silencio pronuncia las silabas para llamarte. Recuerdo que: Tus ojos me traicionaron y tú boca me mintió debajo del farol junto a las luciérnagas, en la calle medio oscura. Tus brazos me atenazaban y me quedé en la prisión que tú me brindabas. Aunque sé muy bien de la traición que vivía. Vivo este infierno en el charco profundo de mi alma. Que sabe a gloria sin derecho a redención.
Deseo hacerte el amor lentamente con mis palabras. Donde el paragua de la lluvia de caricias sea tu piel. Y las fronteras de las pasiones: los deseos de nuestras carnes.
viernes, 1 de febrero de 2019
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