MÍA

Cuando te hice mujer con mis palabras
rompí tu silencio y saque de tu sepultura
el amor y las ganas guardadas por siglos.

Cuando te enseñe a amar, te di todo lo que soy.
Soy más que suspiros y ganas.
Más que placer y quejidos.

Cuando me revelaste tus más íntimos secretos,
los tome para mí, solo para mí.
Los tengo aquí donde se conjugan las ideas.

Cuando me pediste tus deseos,
cayeron girasoles de emociones,
en ideas blancas y sabanas estrujadas.

Cuando suena el hombre del piano,
al estallar las notas discordantes
de esta piel que reclama,
solo un silencio, como sentencia
proclama que tú hoy no está en mi cama.